viernes, 20 de septiembre de 2013

Etapa IX






Trieste-Perugia

Tostadas francesas con queso crema y miel y unos croissants rellenos de mermelada, café y zumo en el restaurante del hotel, treinta minutos mas tarde salíamos de Trieste por la carretera que bordea la costa y recorre una parte mas residencial de la ciudad, a la izquierda el Adriático con sus angostas playas de piedra y un pequeño boulevard donde desde muy temprano se ven algunas tumbonas con gente tomando el sol, a la derecha algunos comercios sencillos de playa y enseguida la montaña cubierta de casas con magnificas vistas, en medio de aquello un gran faro se yergue inmenso dando la bienvenida a Trieste, decorado con una gran escultura de bronce ya de color verde en su cima. Después de unos cien kilómetros y en vista de lo lento que avanzamos y lo lejos aun del objetivo del día decidimos cambiar  la ruta hacia la autopista para avanzar un poco mas rápido, así al llegar a la entrada de Venecia y después de una corta parada a tomar un bocadillo, la mejor tarta de chocolate que halla probado y café, nos dirigimos a la autopista y a gran velocidad sin poder ver nada cruzamos Padua, Ferrara y Boloña, donde si terminamos entramos para una visita rápida y probar una antigua y recomendada pastelería donde nos sirvieron un Latte Macchiato y un Canoli que recordaré.
Salimos de nuevo por la autopista y luego de mas de veinte euros en peajes llegamos a Florencia, paramos las motos cerca de la plaza del Duomo y caminamos esos pocos metros hasta la Catedral, impresionante y majestuosa, de inmediato notas que esta ciudad algún día fue el centro del mundo civilizado, cada esquina, cada calle, cada escultura y cada edificio lo grita con todas sus fuerzas y no lo puedes ignorar. Nos entretuvimos tomando algunas fotos hasta el anochecer y fuimos a cenar a una excelente trattoria al otro lado del Puente Vecchio, dejamos el postre para un lugar especializado pero mientras caminábamos por aquellas históricas calles caímos en cuenta  de lo tarde y lejos que aun estábamos de nuestro objetivo del día, Perugia, así que nos subimos de nuevo a las motos y nos conformamos con el recuerdo del Canoli que tomamos en Bologna y de la tarta de chocolate a la entrada de Venecia…
Esa noche dormimos en un pequeño hotel de carretera, muy modesto pero correcto. Mañana nos esperan en Roma para la comida.

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