jueves, 19 de septiembre de 2013

Etapa IV


Mojkovac-Dubrovnik



Dormimos en Kolasin, un pequeño pueblo en medio de un zona de Sky y llena de actividades de montaña el resto del año, con una pequeña zona comercial muy bonita y algunos edificios viejos de la época Soviética, de aspecto abandonado, a los que no les encontré ningún sentido, el hotel donde llegamos fue casi fantástico, y digo casi solo por la conexión a internet que no tuvimos, como dice Andreas, tarifa de British Airwave con servicios de Easyjet o algo parecido, en todo caso decepciona. Sin embargo, la habitación si estaba fantástica y el desayuno no me decepcionó en lo absoluto. El lobby del hotel también es impresionante con sus columnas anchísimas de troncos de arboles milenarios, y todos los acabados en piedra, encantador.
Durante toda la noche había caído una tormenta impresionante que se alargo hasta casi las 10 de la mañana, pero luego escampo, y el día en general estuvo precioso. Al salir, pronto cruzamos Mojkovac que resulto ser una pequeña ciudad sencilla pero ordenada y pulcra, la dejamos en dirección al parque Nacional Durmitor y a los pocos kilómetros, mientras circulábamos a un paso muy tranquilo nos paró la policía local alegando que excedíamos la velocidad legal con lo que parecía un claro intento de sacarnos dinero, al final solo quedo en el intento, pero mas adelante nos volverían a parar, esta vez solo preguntaron a donde nos dirigíamos. Siguiendo nuestro camino nos adentramos en los cañones del parque Durmitor, de una belleza indescriptible, paramos muchas veces a tomar fotos y disfrutar del paisaje, y nunca dejamos de repetir lo impresionante que nos parecía todo. Para dejar atrás los cañones ascendimos sin parar por una de las mejores carreteras por la que haya conducido nunca, con vistas increíbles y de asfalto impoluto, no paramos hasta llegar arriba del todo y descubrir la meseta que coronaba la montaña, sobre ella viajamos decenas de kilómetros sobre carreteras fantásticas y prácticamente nuevas, solo paramos a comer en un restaurante Balcánico, que me trajo gratos recuerdos de familia y de viajes anteriores y donde todo estaba exquisito, continuamos camino pasando por el Parque Nacional Durmitor y con algunas excursiones por tierra antes de empezar a bajar hacia Niksić, donde descansamos tomando café cerca de su plaza central. 
Al reiniciar nuestro camino decidimos acortar un poco la ruta, para no llegar tan tarde a Dubrovnik y quitamos a Kotor de la lista, pero visitamos la bahía que lleva su nombre a la que arribamos por una carretera en desuso hermosísima, con alguna vaca en medio y con unas vistas inolvidables, como todo en Montenegro, este hermoso país vale la pena visitarlo. Recorrimos toda la Bahía por la carretera que transcurre al lado de la costa, los trasatlánticos nos pasaban a pocos metros y las vistas durante todo el camino fueron inmejorables, cruzamos la frontera con Croacia para llegar a la hora de la cena a Dubrovnik. Para mañana esperamos mucha lluvia, por lo que aún no es seguro que podamos completar la ruta prevista, ya veremos… 

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